miércoles, 1 de junio de 2011

PRODUCTO 7


INTERPRETACIÓN NARRATIVA DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862.




México ha sido un país que a lo largo de su historia ha sido objeto de varios intentos de ocupación y de intervención extranjeras, el 5 de Mayo de 1862 se recuerda por todos los mexicanos como una fecha muy especial, pues este día se libró una de las batallas mas significativas de nuestra historia puesto que el enemigo era nada menos que el ejército francés; el cual era reconocido como uno de los mejores del mundo al haber demostrado su disciplina y preparación en las batallas sostenidas en Europa donde era temido y respetado en esa misma época.

Antes, como hasta la fecha. El pueblo mexicano ha sido visto por muchos extranjeros con menosprecio y subestimación, como se demuestra en el comunicado emitido por el General francés Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, al enviar al Mariscal de Francia Lannes: “Somos tan superiores a los mexicanos en organización, disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades, que le ruego anunciarle a su Majestad Imperial, Napoleón III, que a partir de este momento y al mando de nuestros 6,000 valientes soldados, ya soy dueño de México”.

          Desgraciadamente para el gobierno francés no conocía cual era el estado interior de la República Mexicana, como que la población estaba compuesta de varias razas, inquietas y turbulentas que infundían espanto por su crueldad. Aparte de esa variedad de razas, esparcidos por las haciendas y las minas había otra clase de hombres, los llamados léperos o zaragates los cuales cuyo estado de miseria era debido a su indolencia, a su odio a la sujeción y al trabajo, a su apego al vicio. A estos hombres la miseria no les afligía, desconocían el temor a la guerra y no les importaba morir para conservar sus libertades, hábitos y costumbres.

HASTA EN LOS LÉPEROS HAY CLASES, OBSÉRVESE EL PORTE Y LA VESTIMENTA.


          En esta batalla fueron muchos los jefes y soldados que demostraron su gran cariño a la patria como lo son: el general Porfirio Díaz, que fue uno de los jefes de mayor prestigio y de los mas destacados en combate; el general Ignacio Zaragoza, comandante en jefe del ejército de oriente y que se cubrió de gloria en la defensa de Puebla; el general don Miguel Negrete al frente de la segunda división a la que pertenecían los batallones de Zacapoaxtla; el general Mariano Escobedo que por su distinción fue ascendido a brigadier; el general Jesús González Ortega, quien sustituyó al general Zaragoza como jefe del ejército de oriente; el general Felipe Berriozábal también fue uno de los jefes mas distinguidos.

          El ejército francés no logró dominar por completo sino el valle de México; el poder imperial sólo se extendía a una parte muy reducida del territorio, su autoridad sólo era fuerte y respetada en algunas ciudades populosas. El imperio no lo fue sino en el nombre, la república no fue vencida realmente. El poder, la fuerza, la popularidad, el prestigio no le faltaron jamás a Juárez. Si no tenía la fuerza material, porque careció durante mucho tiempo de recursos y de tropas regularmente organizadas, si tuvo que luchar con la traición de unos y la tibieza de otros, no por eso debe creerse que le faltaba esa gran fuerza moral, superior a los fusiles y cañones, que sabe avivar la llama del patriotismo cuando empieza a extinguirse. La energía de Juárez no desmayó nunca, con una fe ciega en los destinos de la República, con esa perseverancia incansable que no retrocede ante los reveses, prosiguió valerosamente el rudo trabajo de restauración, después de una derrota volvía con mas vigor al combate.

          Específicamente en la batalla del 5 de Mayo en Puebla donde el ejército mexicano al mando del general Ignacio Zaragoza defendió valientemente los fuertes de Loreto y Guadalupe que eran pequeñas fortalezas que defendían la entrada a la ciudad de Puebla, cabe hacer mención que la ciudad de Puebla era el lugar mas conservador del México del siglo XIX. Sin embargo Juárez le ordena al general Zaragoza que ahí se le presente batalla al ejército francés. El ejército francés estaba confiado para atacar Puebla pues había conseguido derrotar a las fuerzas mexicanas en la ciudad de Orizaba y en la cumbres de Acultzingo.

          En un plano general se  puede determinar una vez mas, que esas grandes familias llamadas naciones tienen el derecho de gobernarse a sí mismas; que atentar contra ese derecho, es violar un derecho primordial. El pueblo mexicano respondió fieramente al reto de la orgullosa Europa, arrojando a sus pies el ensangrentado cadáver de Maximiliano, significando con esto que México no reconocía la supremacía que pretendía abrogarse Europa.


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